Forbes
Por: Joel Kotkin
En el lenguaje actual, mediante ciudad "inteligente" a menudo nos referimos a un lugar con una agenda "ecológica" sostenible. Pero esta exigua definición de inteligencia ignora muchos otros factores - principalmente la movilidad ascendente y el progreso económico - que caracterizaban las ciudades prósperas en el pasado.
La prueba "ecológica" dicta que las ciudades deben emular lugares con economías menos que dinámicas como Portland (Oregón) o Honolulu, o una de las homogéneas y formales capitales escandinavas. En cambio, yo he establecido mis ciudades "más inteligentes" fijándome no sólo en las infraestructuras y habitabilidad, sino también en los fundamentos económicos.
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Desafortunadamente estos criterios excluyen a mega-ciudades como Nueva York, Ciudad de México, Tokio o Sao Paulo, que padecen congestión congénita, precios inmobiliarios fuera de control y crecientes disparidades de ingresos - síntomas de lo que el historiador y urbanista Lewis Mumford describía como "elefantiasis megalopolita".
Por el contrario, las ciudades "inteligentes" actuales tienden a ser más pequeñas, compactas y eficaces: lugares como Ámsterdam; Seattle; Singapur; Curitiba (Brasil); y Monterrey (México). Pero no se trata de una noción totalmente nueva: entre los siglos XIV y XVIII, ciudades de tamaño modesto como Venecia (Italia); Amberes (Bélgica) y Ámsterdam alimentaron el capitalismo moderno y crearon canales y vibrantes barrios urbanos que aún hoy guardan su esplendor.
En la era moderna del Pacífico-central, las ciudades comerciales inteligentes se encuentran cada vez más fuera de Europa. Así, la ciudad con más posibilidades de suceder a la Venecia del siglo XV en el siglo XXI es Singapur, nación isleña comercial que, al igual que su predecesora, está dirigida por un régimen autoritario a menudo iluminado.
Al lograr la independencia en 1965, la condición de Singapur podía compararse con la de otras ciudades en desarrollo como Bombay, El Cairo, Lagos o Calcuta. Entre los vecinos de la isla se incluían inestables países como Vietnam, Malasia y Tailandia. Su PIB per capita se situaba bastante por debajo del de Argentina, Trinidad, Grecia o México.
El primer Primer Ministro del país y actual éminence grise, Lee Kuan Yew, estaba decidido a cambiar la realidad. Hoy en día, Singapur, con una población inferior a los 5 millones de habitantes, cuenta con un nivel de ingresos similar al de los países occidentales más ricos y un PIB per capita superior al de la mayoría de los países europeos y la totalidad de los países latinoamericanos. En su día ampliamente semi-alfabetizada, en la actualidad su población se encuentra entre las mejores educadas de Asia.
Por supuesto, este envidiable logro se ha alcanzado de un modo autoritario, pero mucho de lo conseguido por Singapur debe considerarse razonablemente "inteligente". Las inversiones estratégicas aprovechando su situación entre los océanos Índico y Pacífico han dado sus frutos: actualmente el aeropuerto de Singapur es el quinto más grande de Asia, y el puerto de la ciudad es el depósito de contenedores más grande y el segundo más importante del mundo, después de Shanghai, en cuanto a volumen de carga.
Todo ello ha aumentado el atractivo para las compañías extranjeras de Singapur, en donde existen actualmente más de 6.000 multinacionales, incluyendo 3.600 sedes regionales. Para los directores, ingenieros y científicos extranjeros, Singapur, donde el inglés es un idioma habitual, ofrece un entorno agradable y predecible, principalmente en comparación con otros centros asiáticos.
Al menos un estudio reciente realizado por la Corporación Financiera Internacional del Banco Mundial sitúa a Singapur en el puesto nº 1 en cuanto a facilidad para hacer negocios. Aunque su crecimiento se ha visto frenado por la recesión, la estrecha relación de la ciudad con las economías emergentes del Sudeste Asiático, China e India llevan a muchos a prever una gran recuperación a lo largo del próximo año.
Hong Kong, otro puesto de avanzada del imperialismo británico, también lo ha hecho bien. El pasado año, el Banco Mundial situó a la zona en el puesto nº 3 en cuanto a la facilidad para hacer negocios, en comparación con el puesto nº 89 que ocupa el resto de China. Dado que los comunistas chinos ofrecen mayores libertades en Hong Kong que en la China continental, la zona debería continuar aprovechando sus activos básicos, incluyendo el tercer puerto de contenedores más grande del mundo, un excelente aeropuerto y una población empresarial altamente cualificada.
El continuo atractivo de Hong Kong ha sido confirmado por la reciente decisión del Director Ejecutivo del Hong Kong Shanghai Bank, George Geoghegan, de trasladarse aquí desde Londres. Dado que el centro de la economía mundial continúa moviéndose hacia Asia mientras que Europa y América luchan, es probable que encuentre compañía.
Pero no todas las ciudades "inteligentes" del mundo son gigantes comerciales como Hong Kong y Singapur. Entre ellas se incluyen también metrópolis bien dirigidas como la ciudad de Curitiba. Esta ciudad del sur de Brasil se considera innovadora desde todos los puntos de vista, desde por su transito rápido basado en el autobús, utilizado por alrededor de un 70% de los habitantes, hasta por su equilibrada y diversificada estrategia de desarrollo económico.
Con una población de 3,5 millones de habitantes, Curitiba demuestra cómo alcanzar el progresivo sueño brasileño sin la violencia masiva, los problemas en el transporte y la omnipresente miseria absoluta que asolan muchas otras zonas metropolitanas latinoamericanas. El programa de la ciudad para construir "centros de orientación" - principalmente bibliotecas electrónicas - para los residentes más pobres se ha convertido en un modelo de desarrollo de ciudades a nivel mundial. Esta es una de las razones por las que Reader's Digest nombraba recientemente a Curitiba el mejor lugar de Brasil para vivir.
Otra ciudad igual "inteligente" de un país en vías de desarrollo es Monterrey (México), que ha surgido de la oscuridad relativa convirtiéndose en uno de los principales centros industriales y de ingeniería en las últimas décadas. Esta ciudad, de 3,5 millones de habitantes, se encuentra junto a la dinámica región fronteriza ente EE.UU. y México y cuenta con 57 parques industriales especializados en numerosos campos, desde químicos y cementos a telecomunicaciones y maquinaria industrial.
En la última década, la zona ha crecido de forma constante a un ritmo superior al del resto de México - o, en este aspecto, que al de Estados Unidos. Monterrey y su estado, Nuevo León, cuentan ahora con un PIB per capita aproximadamente dos veces superior al del resto de México.
Aunque se ha visto gravemente afectada por la actual recesión, Monterrey parece estar lista para una eventual recuperación. Dominada por poderosas familias industriales, la zona ha sido durante mucho tiempo adecuada para los negocios. También se ha convertido en un centro de educación fundamental, con 125.000 estudiantes y más de 82 instituciones de educación superior, encabezadas por el Instituto Tecnológico de Monterrey, considerado por algunos el equivalente mexicano al MIT o el Cal Tech.
Por supuesto, también existen ciudades "inteligentes" en el mundo industrial avanzado. Ámsterdam, capital comercial y financiera durante muchos años, acoge a siete de las 500 principales compañías del mundo, entre ellas Philips e ING. Sus relativamente bajos impuestos de sociedades e impuestos sobre la renta atraen a individuos y compañías, una de las razones por las que en 2008 Holanda fue el mayor receptor europeo de inversiones provenientes de América. Entre las ventajas de Ámsterdam se incluyen su población multilingüe y con buena educación y la ausencia de corrupción política.
El relativo pequeño tamaño de Ámsterdam - 740.000 hab. en la ciudad y 1,2 millones en toda la zona metropolitana - desdice su estratégica ubicación en el corazón de Europa y su proximidad con el puerto más importante del continente, Rotterdam. Su aeropuerto, Schiphol, es el tercero con más tráfico de Europa, y se encuentra a sólo 20 minutos del centro de Ámsterdam, un simple paseo en comparación con el trayecto hasta los principales aeropuertos de Londres o París. Schiphol ha superado también a una serie de "excelentes ciudades" vibrantes económicamente que parecen versiones más adecuadas para el tránsito de Houston o Orange County (California).
América del Norte también tiene su dosis de ciudades "inteligentes". Aunque los ecologistas obsesionados podrían ver sus políticas como la clave del éxito de la zona, el crecimiento de Seattle proviene más bien de la realidad económica. En este sentido, el "boom" de Seattle tiene mucho que ver con la suerte - es el puerto principal de EE.UU. más cercano al Pacífico asiático, lo que le ha permitido acoger el creciente comercio con Asia.
Además, la proximidad de Seattle con los amplios recursos de generación de energía hidráulica del estado de Washington - de forma irónica el legado de la era pre-ecológica - garantiza el acceso a electricidad estable y económica. Asimismo, sirve de zona de paso de muchos de los productos industriales y agrícolas dirigidos a la exportación producidos tanto en el Pacífico Noroeste como en las amplias y ricas en recursos Grandes Llanuras del norte, unidas con la región mediante autopistas y ferrocarril de mercancías.
Dado que la economía de América del Norte está pasando de la importación y el consumo a la exportación y la producción, el crecimiento de Seattle será un modelo para otras ciudades comerciales del oeste y el sur. La estrecha relación de Houston con el Caribe, así como su dominante industria energética global, su próspera base industrial, el gran complejo del Texas Medical Center y su aeropuerto de primera línea, contribuyen a su éxito a largo plazo. Siendo posiblemente la más próspera económicamente hablando de las grandes ciudades de América, Houston está invirtiendo también - no sólo hablando de ello - en un futuro ecológico; el pasado año fue el mayor comprador municipal de energía eólica de todo el país.
Otra ciudad "inteligente" preparada para disfrutar de una expansión industrial es Charleston (Carolina del Sur), que ha ampliado su puerto y base de fabricación conservando su espléndido centro histórico. En su día lugar atrasado industrialmente, actualmente Charleston parece lista para emerger como centro aeroespacial fundamental con una nueva planta de montaje del Boeing 787, que traerá 12.000 nuevos y bien pagados empleos a la región.
Más hacia el interior, Huntsville (Alabama), cuenta desde hace tiempo con un centro "inteligente" en su economía - legado de su papel fundamental en el programa de misiles balísticos de la NASA. Actualmente, al énfasis tradicional de la zona en la industria aeroespacial se han unido atrevidas trayectorias en campos como la biotecnología. Kiplinger clasificó recientemente la economía de la zona como la nº 1 del país.Con el posible aumento de precio de los productos en la próxima década, probablemente Canadá también contará con diversas ciudades prósperas. Quizá la mejor posicionada sea Calgary (Alberta). En las dos últimas décadas, la ciudad ha pasado a tener un 15% de sedes corporativas, el mayor porcentaje de oficinas centrales per capita de Canadá.
Aunque la caída del precio del petróleo del último año fue un duro golpe, el aumento de la demanda de productos de Asia podría ayudar a reactivar la economía de Alberta durante el próximo año.En sus comunicados de prensa, todas estas ciudades hacen alarde de ser ecológicas y estar concienciadas con el medio ambiente. Pero también han demostrado su "inteligencia" de otras formas - explotando su situación y recursos para hacer negocios lógicos y tomar decisiones de desarrollo. Al finalizar el día, no será su aire limpio sino su destreza comercial - como se ha visto a lo largo de la historia - la que contribuirá a su éxito en las próximas décadas.
Joel Kotkin es un distinguido miembro presidencial experto en el futuro urbano de la Chapman University. También es miembro adjunto de la junta del Legatum Institute de Londres y ocupa el cargo de editor ejecutivo de newgeography.com. Cada semana escribe la columna New Geographer para Forbes. Actualmente trabaja en un estudio sobre movilidad creciente de las ciudades mundiales para el Legatum Institute, con base en Londres.
Su próximo libro, The Next Hundred Million: America in 2050, será publicado por Penguin en febrero de 2010.
martes, 15 de diciembre de 2009
viernes, 30 de enero de 2009
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Un blog debe ser entendido, ante todo, como un espacio para la conversación. Malo es encontrar una bitácora en la que la comunicación fluye en sentido unidireccional (yo escribo, tú lees, y ahí acaba la relación), porque ya sabemos que la Web 2.0 se caracteriza por la participación y la interacción (yo escribo, tú lees y contestas, yo replico, otro interviene, se genera un debate, etc.). Los blogs, uno de sus estandartes, no pueden (no deben) quedar al margen de este nuevo estilo de comunicación.
Eso no significa que valga todo en los cometarios de un blog. Hay que partir del principio de que nunca se debe entrar al trapo de provocaciones y ataques injustificados (“don’t feed the troll”). Con esto claro, incluso de los comentarios negativos se pueden extraer enseñanzas, com nos explica Claudio Bravo en este artículo. Ya saben: que comenten, aunque sea para mal, que algo bueno sacaremos.
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